jueves, 30 de diciembre de 2010

FÉLIZ AÑO NUEVO.

Un año que se acaba y otro que comienza, una medida de tiempo casi invisible de un día para otro. El año que nos deja casi sin aliento, roto en el frio de la noche, doce campanadas que simbolizan que ayer era sólo un recuerdo y que nos enfrenta a otro recorrido a otro camino que empieza. Féliz año, féliz invierno, primavera, verano y otoño, que nos colmará de nuevo de alegrias y ójala que de ninguna tristeza. Doce estrellas para cada uno de nosotros. Doce deseos de felicidad.

sábado, 18 de diciembre de 2010




Mi querido niño, no sé que poder tienen tus ojos, que creo tener el mundo en mis manos cuando me miras. Se me olvida el tiempo y la soledad tan sólo con tu mirada. Tus pequeños ojos, chiquitos y brillantes como las estrellas lejanas que vemos en las noches de verano, pero dulces, profundos y oscuros como los sueños más hermosos. Mi niño tan deseado, tan esperado, gracias por mirarme, por darme la luz, porque así abre el día y el atardecer es más cálido y la noche más sosegada.


La lluvia cae incansable y triste, chocando una y otra vez contra el suelo brillante de la calle sola. El recuerdo del agua en la cara , del viento cortante y frío en la piel, espavilando el alma y los recuerdos dulces que atesora el tiempo. Lentamente se difumina la tarde, como una acuarela gris que estropeo la humedad. Sólo el chasquido de la lluvia al caer y el canto del grillo bajo el quicio de la vieja puerta, en el alma de la tierra mojada y el sueño que poco a poco unde los ojos y los pensamientos en lo más profundo del ser.

jueves, 9 de diciembre de 2010






DICIEMBRE LLAMA A LA PUERTA, RECUERDO DE UNA NOCHE HELADA


La noche atrapó miles de hojas de hielo en los cristales, el frío seco y duro de la mañana los mantuvo hasta bien entrada la tarde. Ya no quedan hojas en los árboles, ni niños en el parque, parece que la luz quisiese escapar veloz tras las nubes aceradas. Rompió el invierno con la helada feroz. El tiempo se extiende en la noche oscura, velada y triste.