La lluvia

La lluvia golpea los cristales, y el pequeño apoya su nariz contra la ventana fría, mientras provoca el vaho con su respiración y su aburrimiento. Por fin, la lluvia, la lluvia que lo limpia todo, que ha nacido en la mañana, en un cielo gris y frío y que persiste en la acerada tarde de otoño. La calle se queda sola, muriendo en las paredes viejas y mojadas.

Lejos, en los campos, se extienden las sombras al compás reparador del agua. La noche se llena del chasquido de la lluvia en las aceras y del brillo de mil estrellas de frío en los pequeños charcos del parque, bajo las farolas encendidas.

CASTUERA

Fotos de Rosa María Meneses y Ángel Sánchez Mora, 1º y 2º premio de Castuera en Imágenes.

¿Mamá, me quieres aunque sea chino?.

La madre lo mira desde lo mas profundo del corazón y le dice:

¿Qué si te quiero?, dejaré de quererte, si una madre lleva a su hijo en sus entrañas nueve meses y yo a ti te he llevado en mi corazón durante catorce años. Si he recorrido miles de Kilómetros hasta encontrarte. Te quiero por que además yo elegí que tu fueras chino, mi hijo, mi querido niño, que no es que lleves mi misma sangre y mi misma carne, si no que eres, mi sangre y mi carne, porque sin ti , ya no sería capaz de vivir y por que no me imagino la vida sin mi niño del alma.

¡Dejaré de quererte, corazón mio! Si esos ojitos almendrados que reparten chispas, son la luz de mis ojos y sólo veo por ellos. ¡Dejaré de quererte!

Llegó el día, la hora, el minuto , el segundo, esa pizca de tiempo, que cambia radicalmente una situación, que vuelca el destino, de morir a vivir en libertad, de callar a vaciar todo lo que te sale del alma. Sin miedo, por que el miedo te encadena, y borra tu imagen en el universo. Que no se quede nada en los apolillados baúles de lo que pudo ser y no fue. Quítale la máscara que cubre su cobardía , sal de su vida, tan fácil, como enseñarle que tú vales más que él, que no te marcaron los golpes y que sus palabras no te taladraron el alma. Sal y tira todo lo que te unió a él, no tiene nada de valor, solo el recuerdo del miedo. Tú sobre todo tú, puedes con eso y con más. La valentía de la indiferencia, te salvó la vida, niña.( Te queremos ).

El miedo es del que calla, para no involucrarse con su vecino, por dudar del dolor de la mujer golpeada y vapuleada y es también del que golpea e insulta, por que es un ser inseguro y torpe, que no sería capaz de vivir en la soledad de sus pesadillas, por que sólo vive de las pesadillas y el terror de quien lo amó y lo soportó. El silencio de una sociedad, que vive al margen de todo lo que ocurre a su alrededor, todos queremos ver lo bonito y lo bueno de la vida en nuestros pueblos y en nuestras ciudades, pero detrás de esas cortinas al anochecer, lo mismo, un no que un sí, lo mismo una sonrisa que una lágrima, un silencio o una palabra, detonan la tragedia de un ser. Que no sea por hablar, por gritar con fuerzas, por defenderse, por que la razón y el derecho a ser feliz, pueden salvar una vida.

Hoy hace frío, no es un frío infernal, pero te entumece los huesos y hasta el espíritu. Cuando se ponga el sol, aun será más intenso, más desapacible y más cruel. Las calles se quedarán solas y yo me sentiré más lejos de la vida que tanto soñé. Desde mi mundo y mis obsesiones, creo saber, que el tiempo no lo cura todo, sólo lo disfraza, lo mantiene en un lugar muy aislado de la memoria cotidiana, de tus cosa de todos los días, pero no dejas de sentir las punzadas de la impotencia ante el recuerdo de lo que te afanas en olvidar. Y como, cuando no es una cosa, es otra, pasas los días con la sensación, de que siempre hay algo más importante en ese momento y lo vas dejando arrinconado, en lo más profundo de los recuerdos.

La vida nos trae y nos lleva y no a todos al mismo tiempo, es como cuando hay una lluvia de estrellas, sucede en el universo, pero no se ve en todos los lugares del mundo a la vez.

El mismo cielo, las mismas estrellas, pero cada uno tiene su espacio de tiempo para disfrutar del prodigio. Hace años, muy poquitos, yo salía en las noches claras e intentaba imaginar, que la persona que tanto esperaba, estaba mirando el mismo cielo que yo. Solo era un sentimentalismo infantil, que atenuaba mi ansiedad. Mi pequeño corazón, estaba en China, y cuando su carita redonda, miraba la noche llena de estrellas, aquí ya era casi de día. Ahora, tenemos la suerte, de mirar el cielo en sus pequeños ojos, cuando desprende chispas su mirada. Y es que, lo miso la vida en un determinado momento no te da lo que quieres, pero llega el día en el que algo compensa con creces tus sueños.

Bebo y Kora

Cuando llegaron...

Cuando llegaron, el sol se estaba poniendo, los vi llegar entre los árboles, la luz le venía dando de cara y sus siluetas se recortaban en la tarde, despidiendo haces de luz. Las puertas de la casa se abrieron y cuando entraban, hasta las paredes cambiaron de color, el color y la tibieza de un hogar al que vuelve la vida. El silencio, se llenó de sonidos, los sonidos de sus voces tan añoradas y tan deseadas. Todo empezaba a ser como antes, como siempre había sido. Sólo que estas sensaciones durarían poco, un fin de semana y luego el domingo al atardecer, el sol se iría tras de ellos y la casa volvería a sus sombras y sus silencios. Hasta el esperado atardecer del viernes y así, una semana tras de otra, pero la vida, ya había cambiado y cerrado una etapa, abierto otra, muy importante para ellos

¿De donde viene esa tristeza?

¿De donde viene esa tristeza?. Parece que la vida no va mal, pero tú tienes esa sensación, como si el mundo te estuviese aplastando. No sé que nervio se toca, que órgano o que minúsculo lugar del cerebro, pero a los ojos te llegan las lágrimas y al pecho, ese dolor. Y es que, hasta el aire, se te hace imposible de respirar y sientes por todo, como si todo fuese la última vez. Lo de antes, lo que viviste antes, parece mucho mejor, tan bueno, que parece que no es ya tu vida, ni tu la persona. Al final, o es la tarde la que cambia o el aire que coge otro horizonte o es que tú te has conformado con tu vida y con la de los tuyos y mañana será otro día y en algún momento, esa tristeza, volverá como los nubarrones de una tormenta, que se pierde en el calor del verano.

Sueños y recuerdos

Vivimos, sentados al filo de los sueños y los recuerdos, tanto unos y otros nos atan de por vida. Pero, ¿Qué sería, de nosotros, si olvidásemos y no soñásemos?. Cuando pasa el tiempo, sientes como si tu vida, fuese un prisma fragmentado, en miles de destellos, unos te hacen daño, tanto que te queman el corazón y sientes un dolor físico, que te acobarda. Otros retazos, te endulzan el alma. Nuestra vida, se va completando con los recuerdos, buenos o malos, pero todos los que aferras en tu memoria, te han formado como persona, en tormo a tu mundo y el de los tuyos. Pero los sueños, los sueños, al contrario, merodean en tu alma, aparcados hasta que logran cumplirse, y a veces esos sueños no están hechos para que puedan cumplirse, y el tiempo los hace inalcanzables y a ti el tiempo se te escapa de las manos. Y ya nos eres tú.

SERENA

El nombre, parece que se lo pusieron los árabes, la llamaron Serna, describiendola tal como la debieron de ver y la sintieron. Serna significa, extension llana de tierra. Con el tiempo declinó el nombre en Serena. Además de ser lo que los árabes vieron, llana y grande, con horizontes inacabados, es un paisaje que como su nombre indica en nuestro tiempo, es sereno, limpio, interminable, que llena el silencio de silencio y llegas a respirar su quietud, hasta por la piel. En verano, las lluvias son nulas y las de la primavera, apenas, tiene capacidad su suelo para retenerlas, pero en el otoño y el invierno se cubre de una hierba rasa, que inunda el paisaje de verde. Solo verde y azul, el azul de un cielo frío e inmaculado. Es una tierra antigua, apegada a lo más hondo de la historia, pero que nace, con cada día que empieza tras el horizonte. A veces el arco iris cierra su arco sobre ella, y cualquier mortal, no es difícil que lo haya visto, en un inesperado día de mayo o abril. Sus caminos, existe desde siempre, porque desde siempre han llevado a los mismos sitios y nos seguirán llevando a lo largo de los siglos.

CASTUERA

El Hada Roja

El Hada Roja de la tarde, apareció frente a las blancas paredes, reflejó su fuerza y su magia, en los colores del viento que llevaba las hojas secas del otoño tardío. Los niños jugaban en el parque y la luz roja se movía en sus cabellos. El sol empezaba a esconderse tras los tejados y el Hada, lo cercaba con su color, círculos de magia que teñían la tarde de aromas de membrillo y castañas asadas. En pocos segundos, el Hada terminó recogiendo sus alas y el parque se quedó en silencio, los niños se habían ido. La luna se hizo dueña de la luz.

SERENA

La tarde

El atardecer lo cambia todo, el cielo se tiñe de tonos violetas y púrpuras, los caminos se pierden en el horizonte y el otoño, aletea entre las ramas de los árboles, batiéndose como un caballero invisible, contra el viento del norte. En los campos y en los parques, las hojas amarillas y los niños, parecen buscar al "Hada Roja" de la tarde. Las grullas vuelven entre las nubes y los retazos del sol de Noviembre. No hay más luz, y no por ello deja de ser más intensa.

El duende de la suerte

Tal vez la suerte, la reparta un imprudente duende con zapatillas de deporte rosa. Pisa la hierba, descuidado, a lo tonto y lo loco. No le vale que sea de día o de noche, reparte y reparte y cuando se da cuenta, su preciado suministro , se acaba. Algunos los llena esplendorosamente y así que para otros no llega. Y a empezar de nuevo, acumulando fantasía y recorriendo interminables caminos con sus llamativos zapatos y mientras, los infortunados, a esperar. Y como la vida rueda y rueda, llegará el momento para cada uno. Pues como dice un refrán de mi tierra "Ni todos lloramos al mismo tiempo, ni todos reímos".