lunes, 2 de septiembre de 2013

Celia

Mi pequeña Celia, un diminuto remolino en el vientre de su madre. Una vida abriéndose camino, un valioso tesoro que enfrenta al futuro. Un sueño que se hará realidad en los cortos días del frío mes de Enero. No sabes como deseo mirarme en tus ojos, como deseo mecerte en mis brazos, sentirte calentita y feliz durmiendo en tu cuna. Mi niña preciosa hecha de amor y esperanza, adorarte, mimarte, consentirte, quererte más que a mi vida, porque mi vida contigo será mejor y completa y sin ti apenas tendría sentido. Te espero Celia con el corazón abierto y el alma llena, te sueño y el tiempo se me hace eterno y la luna de agosto enorme y redonda, parece no cansarse de brillar, y yo deseando que pasen y pasen los días.........

lunes, 8 de julio de 2013

Andar, andar, andar con la mente en blanco, perderse, huir, escapar, no volver, ni tan siquiera recordar. El camino adelante, camino perdido en la tarde, el sol desapareciendo , rojo, encendido y el camino sin fin, sin recodos, sólo puro y lejano horizonte.

martes, 18 de junio de 2013

El huerto

En estos largos atardeceres de verano, bajamos al pequeño huerto, protegido por la sombra de una acogedora ilera de viejos olivos. Fran corre por el camino con sus palos a modo de fabulosas espadas samurais, mirando de reojo detrás de los almendros y los olivos, por si anda escondido algún enemigo. Da gloria ver su carita brillando, morena y redonda. La luz implacable del sol, se vuelve rojiza  en el brillo de su pelo. El camino se encoge despacito a nuestro paso. Pronto las sombras se alargaran y en el frescor  del huerto, Fran, atormentara los canteros con sus palos y arrancará zanahorias y pequeños tomates, zarpará barquitos
en el agua que corre del pozo. Todo va cambiando, mientras el sol cae a lo lejos, el verde es más verde y el amarillo de los pastos se oscurece. Fran  se queda en silencio, pero sólo un ratito, mientras se da cuenta que en el horizonte ve al sol y la luna, uno frente al otro. Una batería de preguntas  y de nuevo a correr camino arriba y abajo. Benditos atardeceres  y bendito niño.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Cuando Fran entra en la casa, todo se convierte en un remolino sin fin, su voz suavecita se hace eco en mis paredes, en mi alma de tita enamorada. El corazón me da un brinco de felicidad, él acerca su carita redonda y feliz a la mía y se me derrite el alma en sus ojos profundos. Mi  pequeño tan grande, que es capaz de cambiarnos la vida con una sola sonrisa. Fran no pide nada a cambio de su cariño, lo da a diestro y siniestro llenando de alegría la mañana triste del otoño o la insufrible tarde del verano bochornoso. Se ríe solito frente a una dulce gominola o a una sabrosa patata frita. Es fiel este niño y me rinde en un sólo segundo frente a mi. Yo le deseo, que no cambie, que se apodere de la vida como lo viene haciendo desde el mismo momento de su nacimiento, que no lo roce el dolor ni los sinsabores de este mundo sin sentido, le pido al dios de su destino que lo lleve firme frente a la felicidad y la verdad, a la esperanza y a la fe en si mismo.  
La encina mágica se bate con fuerza en la violenta tarde del otoño que se acaba. Las grullas se resguardan bajo sus acogedoras e infinitas ramas, ramas antiguas,  centenarias y sabias. Su silueta poderosa se recorta frente a un cielo rojo, amenazador y duro. cuantas historias, cuantos días y cuantas noches inciertas y frías, pudiese contar si su corazón hablara. En un oquedad sin fin de su viejo tronco, apareció un día un saquito con monedas de oro puro. Un tesoro escondido que fue la perdición de un hombre y su familia, según cuentan despacito los viejos de alrededor. Todo el lugar exhala una magia imposible, un misterio prodigioso y mil leyendas con el paso de los tiempo. Cuantos pequeños pastores se acurrucaron contra su tronco, resguardándose en los días fríos de los inviernos de antes, sus palabras entrecortadas por el miedo y la soledad, sus sueños en las benditas noches estrelladas del verano, sus esperanzas y sus recuerdos se quedaron entre las ramas protectoras de la vieja encina, dándole vida, creando un halo entorno a ella de magia y sabiduría. El hondo corazón de la encina palpita en las entrañas de la madre tierra y por sus raizes inmensas e insondables, corre la sal de la vida, el tiempo y la historia del hombre de estas perdidas tierras.  

domingo, 7 de octubre de 2012

La luz amarilla del otoño corre tras de ti, te envuelve calida y fugaz. Te veo alejarte y la tarde se me cruza triste en la ventana. Mis ojos te siguen hasta el infinito y las hojas llenan el parque de recuerdos. Vuelan en remolinos, perdidas bajo el alma del otoño. Pronto la brisa suave de estos interminables días arrastrará otras hojas húmedas por las  calles silenciosas y con ellas te volveré a ver cruzar la esquina del parque, con el reflejo dulzón del otoño en tus ojos del color de la miel. Y así pasarán los días y correrán las semanas hacia otra vida, hacia otro mundo de esperanza, el que deseo y sueño yo para tí, con toda mi alma y todas mis fuerzas.

martes, 11 de septiembre de 2012

Caminos de la noche, abriros a luz de los deseos, que el agua bendita en la noche de San Juan, purifique el alma de las cosas, de los dias y de los sueños. Miles de estrellas se adueñan del cielo oscuro, magico y misteroso. En la plaza del pueblo la musica y las hogueras brillan en los ojos de los hombres, la noche se queda en un dulce suspiro y el verano toma fuerza, alas de espeso perfume de magnolias y cesped fresco. Corta y calurosa noche de San Juan, hechizos del verano que iluminaran las blancas y ajadas paredes del pueblo.