domingo, 9 de enero de 2011






Todo ha amanecido sumergido en manto esponjoso y blanco, triste silencioso y extraño
nada es lo que parece, pero todo sigue ahí, translúcido y
atravesado por los recuerdos de los últimos días, el invierno, muestra otro color de su paleta fría y húmeda.







La fiesta se fue tras de la niebla, la niebla que lo transforma todo en irreal, en lejano, se apagaron las luces de Navidad y la casa volvió a quedarse sola, envuelta en la niebla densa y misteriosa que esconde la calle de enfrente, el cielo y los árboles. La soledad hace eco en las paredes y en la ventana el cielo es blanco y triste.



Enero duele más que cualquier otro mes del año.


9 de Enero de 2011




























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