La vida te va haciendo mayor y a mí me va quitando las fuerzas, pero no veas como se sigue disparando mi corazón cuando mis pensamientos se posan en ti, mi dulce niño de oro.
Veo como enfrentas el horizonte con tu mirada rasgada, con tus ojos negros como noche de tormenta como te sientes por encima de todo lo que te rodea, las rocas, los campos, las sierras lejanas cubiertas de sombras azules y no tengo en este momento más alegría que tu vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario