martes, 17 de enero de 2012

Invierno.


El invierno golpea estos días con fuerza, ya no quedan hojas ni niños en los parques. Un frío y un viento desolador invaden las calles. Los días son engañosamente brillantes y azules, se alargan timidamente, pero el pueblo esta solo, pobremente solo. De vez en cuando alguien pasa apresurado, cuando anochece, de camino a su casa. Las noches lucen miles de estrellas heladas y helados amanecen los campos cubiertos de escarcha. Sueño con el día que regresen, que se abra mi puerta al calor de sus miradas y que ellos me traigan la primavera en sus ojos.

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