lunes, 23 de noviembre de 2009



Hoy hace frío, no es un frío infernal, pero te entumece los huesos y hasta el espíritu. Cuando se ponga el sol, aun será más intenso, más desapacible y más cruel. Las calles se quedarán solas y yo me sentiré más lejos de la vida que tanto soñé. Desde mi mundo y mis obsesiones, creo saber, que el tiempo no lo cura todo, sólo lo disfraza, lo mantiene en un lugar muy aislado de la memoria cotidiana, de tus cosa de todos los días, pero no dejas de sentir las punzadas de la impotencia ante el recuerdo de lo que te afanas en olvidar. Y como, cuando no es una cosa, es otra, pasas los días con la sensación, de que siempre hay algo más importante en ese momento y lo vas dejando arrinconado, en lo más profundo de los recuerdos.

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