lunes, 19 de abril de 2010

Miguel Hernández
Castuera 19 de Abril de 2010.


Querido Miguel: Que pena que el odio y la ignorancia se cebaran en ti, acabaron con tu vida de hombre, pero no con tu lucha desinteresada,tu alma, siguió libre la estela del recuerdo, el respeto y el agradecimiento para siempre. Cómo la esperada luz del alba, al final de una dura noche de tormenta, apaciguaron tus palabras, el dolor de una España olvidada, escondida por el duelo y la represión. No pudieron callar tus sentimientos, no pudieron apagar tu voz como la de otros muchos. Alguien dijo: Que al tiempo, tiempo le pides y el tiempo, tiempo te da. Tuvieron que pasar años, para que tu voz callada, resonara fuerte y bien timbrada, en los pueblos y en los cielos de este país, que volvía a soñar con la libertad. Querido poeta, la palabra, nace libre y cuando nace del fondo del alma, no entiende de políticas, nace para el corazón de los hombres hambrientos de libertad y de amor, de nuevos sueños y de nuevos tiempos. El expresar tus sentimientos, el soñar el vivir, el creer en algo más te llevó a morir entre cuatro paredes, hechas con los horrores de otros, que manejaron el miedo a su antojo. Pero gracias al destino que un día te señaló, no sólo dejaste palabras en papel y en paredes, las tatuaste en el corazón de los hombres que amaban la libertad. Hoy los niños conocen tu rostro, recitan tus poesías y hasta cantan canciones sin saber lo que esconden de verdad y de dolor, pero fue muy caro el precio que pagaste, la vida.

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