jueves, 22 de abril de 2010


¿Sabes, pirata?, no puedo verte llorar, la vida se me paraliza en las venas y cuando empieza de nuevo a rodar por mi cuerpo, me arde, me quema y no sé ni lo que pienso o digo. No quiero que nadie haga el mínimo intento de hacerte daño, porque yo sé que tu nunca serías capaz de hacérselo a nadie, mi querido corazón. Esas lágrimas que nacen a raudales de esos ojos tan pequeños, me matan la alegría. Yo que deseo, que sueñes que navegas por los más bellos y tranquilos mares, que conquistas tierras lejanas, que salvas doncellas, que te afianzas a la vida, como un feroz guerrero de noble corazón. Mi niño adorado, si supieras, cuantos deseos, cuantas esperanzas, como me salta el corazón al verte venir del cole. Quisiera ser tu escudo, tu espada, para que ni el aire se atreviese a molestarte. Sé que tienes una voluntad infinita, que todo lo que deseamos, tú y solo tú, lograrás cumplirlo. Mientras tanto, sueña y juega, ríe, no me llores corazón, porque cada vez que veo tus lágrimas, se me rompe un pedazito muy dentro de mí.

2 comentarios:

  1. que bonito!
    tu niño, cuando crezca y entienda, se va a emocionar con esto. :) salud!

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  2. Gracias, José Carlos, ese niño es mi sobrino, vino en un momento tan especial y de una forma tan especial que me tiene loca. Nos cambió la vida a toda la familia.Saludos

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